Hay tragedias que quedan marcadas en la conciencia de nuestra sociedad con solo nombres de pila: Norma Lizbeth tenía 14 años y sufría de acoso. Murió a causa de las heridas sufridas por un compañero de su colegio en el Estado de México. Este no es un caso aislado, la situación en muchas escuelas mexicanas está permeada por hechos similares en los que niños, niñas y adolescentes participan en conductas que los ponen en riesgo.
Las maestras de secundaria Lidia, María, Marcela y Alondra cuentan al periodista Salvador Camarena sobre la complejidad, el abandono y el desafío de estar al frente de grupos de estudiantes que hacen un uso irresponsable de las redes sociales y la información que pueden extraer de ellas, así como la soledad su tarea se vuelve cuando el Gobierno, por ejemplo, no les da las herramientas necesarias para su trabajo y para enfrentar estos nuevos problemas.
Ellos mismos lo dicen: “Es un infierno y un abandono institucional. Realmente no estamos siendo escuchados”.
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