El Senado mexicano aprobó en la madrugada del viernes la reforma constitucional apoyada por el oficialismo. Esta enmienda busca proteger los cambios realizados por el Congreso a la Constitución al afirmar que las reformas son permanentes. La propuesta pasa ahora a la Cámara de Representantes y debe ser ratificada por una mayoría de congresos locales.
La iniciativa, que incluye más de 20 cambios, fue apoyada por Morena, el partido de la presidenta Claudia Sheinbaum y su antecesor, Andrés Manuel López Obrador. Entre las reformas se encuentra la controvertida revisión del sistema de justicia. El proyecto fue aprobado por Morena y sus aliados por 85 votos contra 41.
La propuesta establece que no se admitirán recursos de inconstitucionalidad, disputas constitucionales ni defensas de reformas constitucionales, eliminando los actuales mecanismos de control del poder. Además, un artículo transitorio busca aplicar la reforma con carácter retroactivo, lo que puede afectar los recursos existentes contra la reforma del sistema de justicia.
Esta medida ha generado preocupación entre expertos y académicos. Guadalupe Murguía, senadora opositora del Partido Acción Nacional, dijo que Morena buscaba establecer un gobierno autoritario, mientras que Alejandro Moreno, representante del Partido Revolucionario Institucional, advirtió que el cambio crearía incertidumbre y debilitaría la confianza en el Estado mexicano.